
Cuando hace dos cursos empezaron los grupos de Alfabetización Informática, que este año terminan el Nivel II, parecía que el tiempo que teníamos por delante era infinito.
Recuerdo a aquellas personas que no sabían manejar el ratón y que con grandes esfuerzos conseguían llevarlo a la zona indicada por el "profe"; más difícil aún cuando se pedía "haz doble clic" y no se producía el efecto esperado (no se abría la carpeta, no se ejecuta un programa,...); también mi batalla personal para cambiar la manera de querer aprender "Informática", cuando en lugar del memorismo, o un listado exhaustivo con el "paso a paso", siempre argumentaba que había que razonar e interactuar con lo que en cada momento tenemos en el monitor, puesto que en esta parcela del saber todo es muy cambiante.
Pero tras los duros momentos iniciales y con el interés y constancia de quienes ahora termináis, he vivido el cambio que se ha producido en vosotros y vosotras que ya os posibilita participar en la Sociedad del Conocimiento. Quizá lo más importante para mí, desde el punto de vista académico, sea el que haya calado que el uso de Internet es un derecho básico para cualquier persona y que para ejercitarlo hay que tener unos conocimientos mínimos que desde este Centro hemos procurado que podáis adquirir.
Además, en este segundo año, nos hemos acercado al conocimiento de diferentes tipos de programas: hojas de cálculo, presentaciones, tratamiento de imágenes, edición de blog, cliente de correo electrónico, etc.
Creo que con todo lo visto a lo largo de estos dos cursos hemos colaborado en formar a personas alfabetizadas en el nuevo sentido que tiene el concepto, que además del tradicional saber leer, escribir y realizar las operaciones básicas, hoy implica conocer tanto las nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación como hablar alguna lengua extanjera.
En relación a esto último, os animo a que continuéis este proceso de formación que habéis iniciado, para lo que podéis matricularos en alguno de los grupos en los que se imparte la Lengua Inglesa, que el Centro tiene organizados.
En cuanto a las relaciones personales resalto el alto grado de compañerismo y colaboración que se ha mantenido durante todo este tiempo, que incluso han traspasado las parades del aula y han cristalizado en nuevas amistades.
Sólo me queda despedirme y animaros a que sigáis manteniendo vivo ese deseo de conocer que nos propicia un espíritu joven aunque seamos nonagenari@s.
Saludos,
José Manuel