El fenómeno de las redes sociales hace que nos lancemos a su uso sin tener, en muchos casos, muy claro el nivel de privacidad de los datos que suministramos. Cuando nos damos de alta hay que determinar quien podrá acceder a nuestro perfil y establecer la configuración adecuada.
Al igual que en la vida real no vamos informando a cualquier persona con la que nos crucemos de nuestros gustos, intereses, aficiones, ..., no es lógico que lo hagamos en Internet, donde esos datos están al alcance de cualquier internauta.
Caso especial es el de las fotos, que fácilmente se pueden colgar en Internet, sobre todo cuando aparecen otras personas que no sabemos si les gusta que su imagen aparezca en este medio, por lo que antes deberíamos contar con su aprobación.
Aunque en las redes sociales hay parte de los datos (y fotos) que podemos tenerlos de forma privada, siempre existe la posibilidad de que los mismos queden expuestos a la luz pública, como ha pasado recientemente en este caso por un fallo en Facebook.
Por tanto, usando el sentido común, debemos concluir que:
"Lo que no quieras que salga a la luz en Internet, no lo publiques".
Porque por mucho control de la privacidad que establezca una red social o servicio de Internet, siempre pueden darse fallos de seguridad que hagan visibles esos datos.Saludos,
José Manuel